Aprovechando que es temporada baja en el negocio, me tomo la libertad de publicar algunas entradas a este extraño blog. Hasta hace un par de semanas un gran compañero en el camino dejó de tratarme. ¿La razón? Aún la reflexiono.
Es una lástima, porque juntos hicimos grandes cosas, establecimos proyectos (él con el impulso y yo con la organización) y se podría decir que dieron sus frutos. Mi ciclo con él debió haber cerrado en Diciembre del año pasado, pero por mantener un contacto “humano” (pues siempre me he considerado bastante asocial) decidí enterrar las hachas y esforzarme en mantenerlo. La Divinidad sabe por qué le da aguijón a un escorpión.
Si quieres saber cómo es alguien, dale poder. De hecho, poder recibido, humos subidos. La situación se hizo insoportable. Arrogancia, prepotencia, mitomanía, no escuchar a los demás, cuestionar todo. Al dejar de escucharme y desacreditarme sin conocer los campos donde me muevo, me atreví un sábado a contradecirlo en público, presentando mis argumentos.
Como estoy muy viejo para soportar malcriadeces, le dije sus cuatro cosas. Hasta allí llegó todo. “Coincidencialmente” el sitio web que manejábamos (y que era administrador) es borrado. Entiéndase como borrado “acceder con nivel administrador y eliminar cada una de las carpetas que mantenían el sitio”. Además y lastimosamente, pone a los demás miembros del grupo días después, con argumentos convenientemente planteados y se decide por unanimidad (sin invitarme a la reunión, por cierto) poner fin al proyecto grupal.
Me retira la palabra y el contacto. Y hasta allí el trabajo de grupo.
Aún pienso la situación. No dejo de reflexionar el tipo de culpa que tengo en el asunto. ¿Debo dejar de ser quien soy para adaptarme a los demás sólo para mantener un contacto? ¿Es lícito defender la individualidad? ¿Es necesario aprender a adular para mantener a la gente contenta?
Pero no se engañen: No soy un caramelito que no hace nada. Tengo mi temperamento y suelo en ocasiones caer en confrontaciones. Pero la idea es la misma: Muchas personas sólo mantienen una “amistad” porque, de un modo u otro, están obteniendo algo que les beneficia. “Me gusta pasar tiempo con fulano porque me hace sentir bien”. ¿Se entiende la idea?
Por otro lado, ¿para qué tener una amistad con alguien que no nos beneficia? Cosas extrañas de la psicología humana.