martes, 20 de septiembre de 2011

Soy tu amigo… hasta que me lleves la contraria

falso amigoAprovechando que es temporada baja en el negocio, me tomo la libertad de publicar algunas entradas a este extraño blog. Hasta hace un par de semanas un gran compañero en el camino dejó de tratarme. ¿La razón? Aún la reflexiono.

Es una lástima, porque juntos hicimos grandes cosas, establecimos proyectos (él con el impulso y yo con la organización) y se podría decir que dieron sus frutos. Mi ciclo con él debió haber cerrado en Diciembre del año pasado, pero por mantener un contacto “humano” (pues siempre me he considerado bastante asocial) decidí enterrar las hachas y esforzarme en mantenerlo. La Divinidad sabe por qué le da aguijón a un escorpión.

Si quieres saber cómo es alguien, dale poder. De hecho, poder recibido, humos subidos. La situación se hizo insoportable. Arrogancia, prepotencia, mitomanía, no escuchar a los demás, cuestionar todo. Al dejar de escucharme y desacreditarme sin conocer los campos donde me muevo, me atreví un sábado a contradecirlo en público, presentando mis argumentos.

Como estoy muy viejo para soportar malcriadeces, le dije sus cuatro cosas. Hasta allí llegó todo. “Coincidencialmente” el sitio web que manejábamos (y que era administrador) es borrado. Entiéndase como borrado “acceder con nivel administrador y eliminar cada una de las carpetas que mantenían el sitio”. Además y lastimosamente, pone a los demás miembros del grupo días después, con argumentos convenientemente planteados y se decide por unanimidad (sin invitarme a la reunión, por cierto) poner fin al proyecto grupal.

Me retira la palabra y el contacto. Y hasta allí el trabajo de grupo.

Aún pienso la situación. No dejo de reflexionar el tipo de culpa que tengo en el asunto. ¿Debo dejar de ser quien soy para adaptarme a los demás sólo para mantener un contacto? ¿Es lícito defender la individualidad? ¿Es necesario aprender a adular para mantener a la gente contenta?

Pero no se engañen: No soy un caramelito que no hace nada. Tengo mi temperamento y suelo en ocasiones caer en confrontaciones. Pero la idea es la misma: Muchas personas sólo mantienen una “amistad” porque, de un modo u otro, están obteniendo algo que les beneficia. “Me gusta pasar tiempo con fulano porque me hace sentir bien”. ¿Se entiende la idea?

Por otro lado, ¿para qué tener una amistad con alguien que no nos beneficia? Cosas extrañas de la psicología humana.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Por amor y la hermandad: ¡Que le corten la cabeza!

Esta misma semana he sido víctima de lo que considero el colmo de los colmos. Resulta que en el grupo donde pertenezco estoy siendo víctima de una retaliación por una serie de denuncias que realicé desde el año pasado. Para no entrar en detalles la organización decidió hacer caso omiso a mis planteamientos, por lo que opté por la solución salomónica: “Si no les interesa resolver el asunto, allá ustedes. Mi papel lo cumplí para no ser cómplice”. Debió el asunto quedar allí.
Resulta que los implicados empezaron con un juego bastante sucio de desprestigio hasta llegar a plantearlo en la última reunión donde se me acusa de una gran cantidad de cosas, todas absurdas por lo demás, para intentar “reunir la evidencia suficiente” para terminar sacándome de mis funciones.
Sorprendentemente, incluso para mi, no respondí a todos los señalamientos. Me quedé tranquilo. Incluso estuve (y estoy en paz) porque nada de lo que he han señalado es cierto o en su defecto suficientemente grave para preocuparme.
Mi punto es: Si los acusadores (y en especial la implicada en la denuncia que por obvias razones dirige todas esas tretas) deben recurrir a la manipulación, la mentira, el engaño, la exageración y cualquier cantidad de argumentos insólitos, absurdos y faltos de toda lógica para lograr que a este colaborador sea suspendido, neutralizado y minimizado, implicaría que no andan por el camino de la luz, el bien, el amor o “Dios”.
Sin embargo, debo resistir cada vez que esa gente hipócritamente se acerca a saludar o se dirigen a los demás para dar los mejores consejos para avanzar por el camino correcto… ¿Puede la divinidad apoyar a gente así?
Por ello, me siento tranquilo, pues si nada debo, nada temo. Si la organización le hace caso a ellos y arremeten contra mi en venganza por las acusaciones que realicé (y no fueron tomadas en cuenta), implicaría que realmente no hay mucho que buscar.
El tiempo dará la razón y soy suficientemente paciente. Lo único que pido es no sentir placer cuando a ellos les toque rendir cuentas. Mientras, tendré que soportan sus discursos ensayados de amor, paz y caridad (y saliendo ellos beneficiados, por cierto) mientras en secreto y a las sombras traman otra movida para poner mi cabeza en un plato.